Monday, August 25, 2008

Viajar en el Tiempo

Qué mejor manera de conocer y entender al pasado que viajando hacia él. Una máquina del tiempo sería sin duda el juguete favorito de cualquier aficionado a la historia. No obstante, viajar en el tiempo, al menos en ciencia ficción, trae consecuencias -- muchas veces alarmantes -- en el curso del presente o incluso en múltiples presentes.

Un viajero del tiempo no debe interferir con el pasado si no quiere causar un caos cósmico. ¿Pero de qué sirve ir al pasado y no poder vivirlo e interactuar con él? Octavia E. Butler resolvió ese problema en 1979 cuando publicó la novela Kindred. Butler escribe la historia de una mujer africo-americana moderna que se transporta inexplicablemente de California en 1976 a Maryland en 1815 en un tiempo y lugar donde la esclavitud sigue siendo legal.

El suceso sucede sin explicación alguna. No hay un pseudo análisis o una teoría sustentándolo; simplemente sucede. Sucede así como Gregorio Samsa un día se despierta convertido en una enorme cucaracha en la Metamorfosis de Kafka. En Kindred, se acepta que el viaje de Dana al pasado con el completo entendimiento de que su estancia no cambiará el presente de la humanidad, al menos eso parece.

Sólo de esta manera, sin autoridad de modificar la historia, es que un personaje moderno puede transportarse al pasado y vivirlo. La variable de los universos paralelos simplemente es elimina. ¿Racional? Tal vez no, pero la historia está llena de irracionalidades.

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