Friday, July 18, 2008

Espagueti de Ideas Sobre Matrimonio

Estos últimos años ha sido la época de las bodas. He asistido a bodas en tres continentes en más idiomas y religiones que puedo entender. Sin embargo, mientras estoy presente en las ceremonias -- además de disfrutar el momento con aquellos que quiero, también pienso sobre el significado del contrato matrimonial.

Desde mi burbuja social en México, casarse es como aprendar a andar en bicicleta o más concretamente, como graduarse de la universidad. Es una meta más que alcanzar, no importa qué tan bien lo hagas o cómo lo logres: algún día tendrá que suceder. Si no sucede, evidentemente será un fracaso social y familiar. Eventualmente tu falta será aceptada, pero no olvidada.

He pensado mucho en si yo quiero ser parte de la norma. Institucionalizar mi relación de manera legal y social. Firmar un papel -- dirían algunos. Por mucho tiempo la respuesta era muy sencilla ya que no había opción: No se puede, por lo tanto no quiero. No obstante, el "No se puede" es relativo a la zona geográfica y social donde vivas-- sin contar que semánticamente hay diferentes sabores del mentado papelito: uniones civiles o leyes de pareja -- además de matrimonio . Hoy en día, mi lógica deja de ser válida: el "No quiero" ya no es la respuesta automática. Tengo que reflexionar si es una meta que quiero alcanzar y si en realidad puedo llamarla "meta".

Aún no estoy 100% seguro de cómo reaccionar acerca de la institución del matrimonio. Por un lado, la experiencia de mi familia ha sido exitosa (creo yo), pero en general escucho demasiadas contradicciones y malos ejemplos en un círculo social aumentado. No obstante, por más vueltas que le dé, y por más que lea y platique acerca de la poca validez e importancia que un papel le da a una relación-- sigo pensando que tanto social como personalmente, es un compromiso mucho más fuerte. Es como tener un contrato de trabajo, una escritura, o un diploma. El papel no cambia tu gusto o dedicación por tu chamba, el cuidado a una propiedad, o tus conocimientos universitarios -- sin embargo es una protección ante quien dude de los mismos o sobre algún malentendido de la relación.

No. No creo que se necesite un contrato legal para todo. No me gustaría tener un contrato legal sobre la amistad, no creo que tenerlo me haga ser más amigo de alguien más. Sin embargo, si vamos a vivir bajo el mismo techo compartiendo bienes materiales, y siendo responsable el uno del otro, seguramente un papelito que aclare la relación en cuanto a obligaciones y responsabilidades no vendría del todo mal.

Creo que todo depende de cuál sea el objetivo del matrimonio o de las uniones civiles. Para mí, es una protección y acuerdo legal donde el compromiso es vital (ojo -- no hablo de amor). Como diría una amiga, sería mucho fácil que el estado dejara de expedir matrimonios y sólo tuviera el derecho de otorgar uniones civiles. Cada religión por su cuenta que matrimonie a quien se le venga en gana, y le dé el sabor que más le convenga. Actualmente, eso es lo que sucede.

¿Se necesita un contrato para el amor? No. ¿Quiero un contrato para estar seguro que alguien me ama y quiere estar conmigo? No. Sería estúpido querer seguir con alguien quien te ha dejado de amar y un papel no va a cambiar lo sentimientos. No obstante, ¿se necesita un contrato para todo lo que envuelve su relación en materia económica, médica y legal? Sin duda. ¿Se necesita un contrato para establecer responsabilidades y autoridad? Sin duda, sobre todo al pensar en las responsabilidades que se establecen como pareja, más aún cuando dependientes entran en el plan.

2 comments:

German said...

Assshhh, organiza mejor tus ideas y haz un espagueti parte 2, jajaja.

psesito said...

La primera vez que haces espagueti no necesariamente sale muy bueno. Espero que mi segundo intento tenga más sazón.