Sunday, January 02, 2005

Santa Claus

No odio la Navidad, en verdad me gusta celebrarla, pero hay límites.

Mi mamá salió con la novedad de comprar un Santa Claus de tamaño humano. El gracioso ornamento tiene sensores de sonido y movimiento, y cuando te acercas, empieza a moverse y a cantarte canciones navideñas. La primera vez fue extraño, pero después de una semana... el sentimiento ha cambiado. En ocasiones me tengo que escabullir para que no empiece a mover los brazos como salido del video navideño de Thriller.

¿Una patada? Puede ser, pero ¿y luego? No sé las consecuencias que pueda ocasionar, el viejito del saco rojo puede ser vengativo. Además, volteo y lo veo en todas los rincones de mi casa. En la sala, en las puertas, en los platos y hasta en los saleros y las servilletas. Eso es lo que yo llamo ser omnipresente. Siempre Coca-Cola. ¿Qué fue eso?

2 comments:

SJES said...

Cielos...mi mamá tiene uno similar y está encantada con el mismo. ¿Yo? Me sintonizo más con tu sentimiento. Una posibilidad que estaba contemplando es decirle a algunos amigos de Culiacán que pasen a visitarlo...

No es espiritu "Grinch", pero pareciera, verdad?

DramaKing said...

Mandar matar a Santo Clos por medio de "amigos" sinaloenses no es estrictamente Grinch, Serge... es más bien un rechazo a las connotaciones materialistas que se le han agregado al Nacimiento de Jesucristo en la cultura occidental, jalou... ah, y tal vez también un pequeño reflejo de tus instintos homicidas, jajaja.

Saludos en jepi niu lliar.


-Germy 2005!