Tuesday, December 14, 2004

Moribundo, pero ahí sigo.

Este pasado domingo, mi consciencia, porque yo aún tengo una, me estuvo acosando en regresar a mi rutina de ejercicio y salir a correr. Después de una larga meditación, decidí levantarme relativamente temprano y respirar el aire de la costa este.

¿Frío? La verdad no mucho, aunque salí cubierto. ¿Aspectos Positivos? Cielo azul y poco viento. Tomé mi iPod, y a conquistar el mundo. Los primeros 25 minutos no estuvieron nada mal, de hecho, logré hacer la misma distancia en el mismo tiempo que hacía dos domingos. No obstante, el camino de regreso fue mucho más pesado de lo que hubiera imaginado.

Cuando dieron 35 minutos, mi estómago volvió a resentir el esfuerzo y me fue imposible seguir corriendo. Me fui caminando alrededor de 5 minutos, volví a correr unos 5 minutos más, y otra vez tuve que descansar por un momento. Al final, hice el recorrido en 53 minutos en lugar de 50; sin embargo... me esforcé mucho al final por recuperar el tiempo perdido al estar caminando. ¿Consecuencias? Me sigue doliendo un poco la rodilla y ya es miércoles.

¿Qué es lo peor de todo? Que necesito seguir corriendo para no perder la poca condición que he ganado y el clima ya está frío para hacerlo al aire libre. ¿Qué es lo peor de lo peor de todo? Que este lunes me inscribí para correr en una carrera de 10 millas en Abril y por lo tanto necesito entrenar mucho. ¿Qué es lo peor de lo peor de lo peor de todo? ¡Que tuve que pagar para inscribirme! ¡Ahora corro porque corro!

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