Tengo que confesar que hay un tema en particular que siempre me ha costado mucho trabajo aprender. No, no hablo de los idiomas. Me refiero a que es difícil de comprender para mí porque me rehuso a conocerlo o a hablarlo. Reitero, no son los idiomas. Sin embargo, no es algo que sólo me ocurra a mí, le ocurre a la sociedad en general. El miedo a explorar el sexo.
Este comentario no va encaminado a descubrir por qué a la sociedad, y a mí, como parte de ella, nos puede llegar a aterrar hablar de sexo. No, mas bien, me gustaría enfocarlo a que hay maneras de liberar esa opresión que culturalmente se nos va imponiendo y qué mejor que cuestionarla.
El día de hoy fui a ver Kinsey (Bill Condon, 2004), película que trata acerca de la vida de Alfred Kinsey, pionero en la investigación de la sexualidad humana; y puedo confesar que salí inspirado de la sala del cine. Fue hace año y medio cuando leí por primera vez sobre Kinsey, pero el hecho de visualizar el impacto de sus estudios de una manera más general, fue lo que me cautivó en esta historia.
En unos días, publicaré un comentario más prolongado de mis impresiones sobre esta cinta; pero quisiera compartir esta sensación inmediata de libertad que experimenté el día de hoy. Sin duda, una opción altamente recomendable: Bien realizada, entretenida y hasta didáctica..."Let's talk about sex."
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