Thursday, April 06, 2006

Mi remedio a los días tristes

Mi remedio a los días tristes o a aquellos días en los que me sentía agobiado por el trabajo era sencillo. Sólo caminaba fuera de mi oficina para contemplar a uno de los seres humanos más encantadores de la oficina, y ya. El día se mejoraba

Pero... pero... pero... ¿por qué reestructuraron en dónde se sienta cada persona? ¿por qué lo hicieron sin antes consultar si el hacerlo significaría reducir el número de suspiros en mi día laboral? ¿por qué lo hicieron sin antes ponerme por aviso? Ya no hay manera en la que accidentalmente pueda tener contacto visual... al menos, no de la manera sutil en la que estaba acostumbrado.

En fin, el cambio... el cambio cuesta.

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