Los detalles

Sabía en donde tenía que detenerme. La dirección exacta la había olvidado, pero continué caminando sin sobresaltos. Supuse que siguiendo a ese par de extraños podría llegar sin contratiempos, y así fue.

Identificación, cuota y un boleto para recoger mi abrigo. Sí. Ahí estaba... esperándome. Lo acompañaba alguien. Guten Nacht. Guten Nacht. ¿Berlín? Interesante, yo tengo varios amigos alemanes, pero en Frankfurt. Sí, Georgetown es una Universidad bastante peculiar. El verano es húmedo, pero créeme, no es tan malo como te lo pintan. Este lugar es diferente, ¿habías venido antes? No, nunca. ¿Tú? Unas cuantas veces. ¿Hola? Hola ¿Qué tal? ¿Tu nombre? Lo siento, no te entendí. Ah, como en italiano. Sí, ya entiendo ahora. También es la primera vez que vengo. No, no se ve nada mal.

No sabía exactamente cómo reaccionar. Recordaba escuchar comentarios cuestionables sobre su persona. ¿Será? ¿Cómo darme cuenta? Ya abrieron la otra pista, ¿vamos? Sí, vamos.

Nunca he sido admirador de las constantes en la frecuencia. Pero la resonancia no me molestaba. Al contrario, comenzaba a generar una especie de gusto. ¿Que qué estoy dispuesto a arriesgar? Ya lo tenía decidido. Pero... vaya, que no me importe el qué dirán, al menos no esta vez.

Estaba convencido que el primer roce sería escencial. ¿Correrá a mi cargo? ¿Por qué no? ¿Y si no hay respuesta? Tercera Lew de Newton: comprobada. También está sonriendo. Ahora, ¿qué sucede? ¿No lo había decidido ya? Sí, pero... pero ya estaba decidido. No te preocupes por situaciones que no son preocupables. No lo hago, simplemente que me da pena.

La mirada me consumía. Prefería mejor voltearme, pero la oscuridad me atraía con fuerza ¿y si me perdía? ¡No! ¿a dónde va? Suspiro. Aquí está otra vez... conmigo. Es tarde. Lo sé. Tengo que irme. Vámonos todos. Esto habrá que repetirlo. Por supuesto. La oscuridad al contacto con la luz se tornó en un azul penetrante. Sí, quién lo pensaría. Una antes de la final, en la naranja. ¿Es aquí? Sí. Nos vemos. Adiós, me dijo.