No iba vestido acorde a la ocasión. ¿Pero a quién engaño? Eso nunca me ha detenido para asistir a algún evento. Seguí caminando, colina abajo, hasta llegar a la entrada donde la reunión social se llevaría a cabo.
La casa tenía un encanto particular. La arquitectura era antigua, sin embargo, su jardín meticulosamente arreglado y las ventanas iluminadas con tal elegancia, la hacían recobrar su juventud de décadas atrás. Al abrir la puerta, un nuevo mundo se abrió frente a mí. Me sentí parte de un set de televisión casi imaginario. Un bar perfectamente equipado, piano de cola, y amplios espacios detalladamente decorados de tal manera que su buen gusto balanceaban cualquier pretensión.
La clave fue que dicho set imaginario no sólo incluía la escenografía, sino también a los actores. Un desfile de juventud y lozanía de no menos de treinta personas. Todos en forma. Todos bien vestidos. Todos perfectos. Todos tan similares y tan diferentes a mí.
Sentí que mi frecuencia simplemente distorsionaba la armonía del ambiente. Conversé, reí, comí, y ultimademente, salí corriendo tan pronto tuve oportunidad. ¿Será que tengo miedo de entrar a círculos sociales diferentes? ¿Será que simplemente fue una mala idea el intentarlo? No sé. Hacía mucho tiempo que no sentía necesidad de alejarme de un ambiente del tal manera de de correr y correr hasta no poder voltear hacia atrás.
No quiero correr de lugares diferentes. Me gustaría poder ser diferente y poder ampliar mis temas de conversación. Tal vez siempre quiero discutir temas muy formales y dramáticos. Tal vez no sepa convivr en sociedad y debiera aprender. Me siento como en mi primer día de clases de baile... con la intención de aprender, pero tan tenso y tan preocupado de hacer un buen papel, que en lugar de divertirme, sólo me tensioné y preocupé de más.
Monday, August 27, 2007
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