Hay días en los que por un par de segundos el tiempo se detiene. No sé si les ha pasado, pero hasta tu respiración se paraliza y entras en una especie de esfera invisible. Sabes que estás dentro, pero no puedes identificar cómo. Sólo lo sabes.
El momento es tan pequeñito que no hay manera de contemplar o describir tu alrededor, sólo miras hacia al frente, continúas lo que estabas haciendo, pero hay algo diferente. Ahí, detenido en tu espacio temporal es cuando recuerdas que la vida es muy corta. El momento se termina, y la esfera invisible de la que eras parte se esfuma. El tiempo sigue su curso, y tú también.
Monday, October 08, 2007
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